Albert Camus (filósofo, novelista y portero francés) explicaba cómo su moral nacía de dos grandes aficiones: el teatro y el fútbol. A ambas tareas colectivas las elevaba a la categoría de universidad personal, porque le habían enseñado los valores del esfuerzo compartido y el sentimiento de pertenencia. Decía: "Todo lo que sé con seguridad acerca de la moralidad y las obligaciones se lo debo al fútbol"

martes, 23 de noviembre de 2010

Progresar, aprender...

Esta entrada es complicada, porque contiene opiniones personalísimas, emitidas desde una posición carente de toda autoridad, y basadas únicamente en observaciones de quien no sabe casi nada de fútbol y, en todo caso, menos que cualquiera de vosotros.

Vayan por delante mis disculpas por si alguien no comparte lo que voy a señalar; sólo puedo indicar en mi descargo que opino desde la sinceridad de lo que veo (equivocado o no) y desde el respeto y el afecto a todos y cada uno de los chavales.

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Todos los futbolistas de este equipo tienen, como jugadores, grandísimas cualidades y algunos defectillos que necesitan pulir. Evidentemente, porque si no, estarían ya a lo mejor viviendo en la Masía o donde fuera.

Por mi parte, como padre y como espectador, prefiero un grupo de buenos futbolistas, aun con sus lógicas limitaciones deportivas, chavales sanos y con buen fondo, antes que un grupo de cracks futbolísticos, futuros profesionales, con limitaciones y presiones que les impiden un desarrollo normal y lógico. En definitiva, y como bien dice Jose C, estamos aquí para divertirnos de forma sana, todos, pequeños y grandes.

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Volviendo al hilo, en este equipo contamos con jugadores valientes y con personalidad (Javi F), que transmiten absoluta seguridad y tranquilidad (Alberto), con buen tiro y gran visión de su posición y de la del resto de jugadores sobre el campo (Nacho G), y con seriedad, colocación y sobria efectividad (Álvaro).

Tenemos también a gente como Carlos (todo fuerza y pundonor), Alex (técnica y perfecto entendimiento de lo que va este juego), Luis (tranquilidad y gotas de genialidad), Vicente (rapidez, toque y visión de juego) y Diego (sensatez, compañerismo y trabajo generoso).

Y qué decir de David y sus pases cuando levanta la cabeza a lo Xavi, o de la fuerza y la técnica de Emilio, o de la raza y los goles de Pablo.

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Pero (y por fin llego a donde iba), en esta entrada quería rendir un pequeño homenaje (que me consta que es compartido por algunos de vosotros, y ojalá por todos) a dos tipos que, independientemente, y además, de cualidades como las que he citado, en los partidos que he visto de lo que llevamos de temporada merecen una especial mención (y vuelvo a lo de las opiniones personalísimas).

Ese reconocimiento no es tanto porque lo hagan mejor o peor que los demás (todos tienen/tenemos días mejores y peores), sino porque creo que han conseguido, con respecto a temporadas anteriores, una de las cosas más importantes que se pretenden con esta historia, al menos a nivel estrictamente futbolístico: aprender, crecer y progresar.

Creo que Javi N y Nacho C juegan muy bien (como el resto de sus compañeros) y a veces tienen fallos (como el resto de sus compañeros); pero a algunos nos ha llamado la atención el progreso, el cambio hacia mejor que han experimentado desde años anteriores a este.

Y eso es importante: no se trata sólo de hacerlo bien, o lo mejor posible, sino, además, notar que con los entrenamientos, los partidos, las enseñanzas de los sucesivos entrenadores y el apoyo de los compañeros uno aprende, progresa, crece en su juego y se hace más futbolista.

Enhorabuena a los dos...


... y a todos, de verdad.

La Cita: La mejor manera de mejorar tu equipo es mejorar tu mismo (John Wooden).

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