Albert Camus (filósofo, novelista y portero francés) explicaba cómo su moral nacía de dos grandes aficiones: el teatro y el fútbol. A ambas tareas colectivas las elevaba a la categoría de universidad personal, porque le habían enseñado los valores del esfuerzo compartido y el sentimiento de pertenencia. Decía: "Todo lo que sé con seguridad acerca de la moralidad y las obligaciones se lo debo al fútbol"

sábado, 22 de marzo de 2014

Jornada 22ª: Ciutat de València, 2 - Escuelas San José, 3

Ficha: Rubén, Álex S, Vicente B, (Álex L), Álvaro M, Nacho, Alberto, José Mª, (Carlos S), Alexis, Diego, David (1), Dani (1), Carlos M, Carlos N, Raúl T.



Un partido a priori perdido antes de empezar, ya que nos enfrentábamos nosotros (los últimos de la clasificación) contra los primeros, unos tipos que, además de saber jugar muy bien al fútbol, rozaban la mayoría de edad y los dos metros de altura.

Saque de inicio nuestro, balón a la derecha para Vicente B, éste para Dani, quien levanta la cabeza y con maestría inigualable la enchufa desde medio campo pillando al portero rival adelantado (aún estaba santiguándose) y llega el 1-0 en menos tiempo del que tardo en contarlo.

Empezamos a creérnoslo cuando David tiene una ocasión que falla por muy poco y, minutos después, otra, él mismo, con su estilo frío y tranquilo, un par de recortes, el portero sentado y balón a la red, 2-0.

Y a todo esto, Nacho, hoy nuestro portero, una parada antológica tras otra; de esas milagrosas que en un partido se dan una o dos como mucho, pues él hizo seis o siete.

Nuestra portería estaba a cero gracias al esfuerzo, la concentración y la tensión que ponían todos los nuestros frente a rivales física y técnicamente muy superiores, hasta que, un minuto antes del descanso, y tras otro paradón de Nacho, el árbitro interpreta (equivocadamente, según los que estaban cerca) que el balón traspasa la línea, con lo que nos vamos a la segunda parte con dos golazos a favor y un gol fantasma en contra.

Aún en el segundo tiempo mantenemos el tipo, con varias oportunidades claras, pero al final, como suele decirse, la "lógica se impone", y el San José nos enchufa dos goles, bastante churros por cierto (más por mala suerte nuestra que por mérito suyo), que dan la vuelta al marcador e impiden lo que hubiera sido un resultado justo: al menos un empate.

Enhorabuena al mister y a los chavales, que lucharon y jugaron sin complejos los ochenta minutos. Hoy nos habéis hecho disfrutar.

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